titulo

Series Animadas que nos hicieron reir y llorar a comienzos de los 80's y 90's.
después de tiempo que tengo esta sensacion tan extraña las lagrimas se asomaron al escuchar y ver estos dibujos q jamas alguien podra reemplazar

con todas las series que veía en mi infancia y que recuerdo aun, jeje hay muuuuchas que seguro se me han olvidado o pasado ponerlas, si vosotros sabéis de alguna me decís, también tened encuentra que no en todo el mundo latino se han emitido las mismas series, asique habrá muchas que puede que no habrán visto

que serie quieres ver comunícate con nosotros
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miércoles, 6 de junio de 2012

El canto del Diablo


Nuevamente el motor del auto comenzó a tener problemas. Esta vez Wilmar conducía de noche por una carretera apartada de todo. 
El vehículo empezó a andar a tirones hasta que se detuvo completamente. Wilmar recostó la cabeza en el volante. - ¡No, me hagas esto ahora, en medio de la maldita nada!
Después levantó la cabeza, respiró hondo y buscó la linterna. Al salir cerró la puerta con rabia. 
Antes de abrir el capó iluminó los alrededores. Estaba rodeado de bosque. Los árboles se agitaban con furia, crujían y rechinaban mientras soportaban  un viento frío que pasaba gimiendo como un ente rabioso. Miró hacia arriba y vio que unas nubes blancas cruzaban velozmente sobre una luna delgada.
Al examinar el motor enseguida identificó el problema, cuando creyó haberlo reparado lo probó; funcionaba. 
Fue a cerrar el capó y, apenas lo bajó escuchó algo.  Se le erizó la piel y empezó a girar apuntando la linterna hacia donde volteaba; no identificaba de dónde venía el sonido, que parecía ser el canto de unos niños. 


Al iluminar una porción de bosque los vio.  Eran tres niños pequeños vestidos de blanco. Caminaban rumbo a él tomados de las manos. Sus caras eran normales, pero sus sonrisas eran por demás diabólicas, y sus miradas delataban una gran malicia; no eran niños. 
Wilmar subió al auto y arrancó. Vigiló el retrovisor por un buen rato pero no volvió a verlos; mas en su mente se seguía repitiendo la canción. Trató de pensar en otra cosa, de sacársela de su cabeza, cada vez la escuchaba más fuerte. No entendía lo que decía, eran palabras en un lenguaje que no conocía, pero estaban allí, taladrando su mente, volviéndolo loco. 
Súbitamente se le ocurrió una idea. Frenó el auto y buscó en la guantera.
¡El revolver! ¡Con el ruido que hace tiene que parar ese canto infernal! - deliró Wilmar. Se recostó el caño a la cabeza y se disparó.    

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